COLLINS DICE QUE MJ JUGARÁ MENOS MINUTOS SI PIERDEN DE MUCHO...

WASHINGTON 78 - Detroit 100

Los Pistons apabullan a los Wizards en los que solo Jordan dio la talla con 19 puntos

Los Wizards han vuelto a perder después de una miniracha de dos victorias consecutivas. Los Detroit Pistons fueron superiores en todo momento y de la mano de Jerry Stackhouse (28) apabullaron a la franquicia de Washington 100-78. Michael Jordan hizo lo que pudo (19 puntos en 22 minutos) pero la diferencia era tan abismal que Doug Collins, técnico de los Wizards decidió no sacarle en la segunda parte del partido.
'Air' anotó 17 puntos en la primera parte en la que tuvo un duelo anotador con Stackhouse (22) y después de jugar cuatro minutos del tercer cuarto se limitó a ver la abultada derrota de los suyos desde el banquillo.

Collins: "Nos han pateado el culo"
Collins fue claro tras el encuentro: "Rick Carlisle (técnico de los Pistons) ha sido benévolo. Nos podían haber ganado por cincuenta. Lo que está claro es que no voy a hacer jugar a Jordan en noches como esta en las que nos están pateando el culo". El técnico de los Wizards no quiere cansar inutilmente a MJ en partidos en los que les están arrasando, pero ha reconocido que a su pesar "habrá muchas noches como está ante Detroit".

Jordan y la frustración
Jordan, que aseguró que se encontraba bien físicamente, no comparte la decisión de Collins pero la respeta ya que él técnico es el que manda y como reconoce "es su equipo y no voy a pasar por encima suyo". Eso sí, Jordan se encargó de dejar claro que aunque es consciente de que puede haber más noches como esta en Detroit -lo que significaría más minutos de banquillos para él-espera que no seán muchas como dice Collins. "Hay 82 partidos y con suerte no nos pasará esto más de tres o cutro veces esta tempordada. Si sucede en diez o doce ocasiones, vereis a un atleta frustrado".

En los Pistons, además de Stackhouse destacaron el reserva Corliss Williamson y Dana Barros que aportaron 18 y 17 puntos respectivamente. Por su parte, Air fue el único del quinteto titular de los Wizards que supero la decena de puntos. El segundo máximo anotador fue el base reserva Tyronn Lue con 11 puntos.

Es el efecto Jordan...

WASHINGTON 90 - PHILADELPHIA 76

Washington logró su segunda victoria y mostró que puede jugar buen básquet. Jordan, además de meter 20 puntos, regaló nueve asistencias y contagió al resto.

"Chris Whitney se convirtió en el John Paxson del equipo", dijo Michael Jordan luego de que el base metiera 7-11 triples en los dos primeros partidos de la temporada. Agrandado por la comparación con el jugador que clavó un recordado bombazo para asegurar el tercer título de Chicago, en la final con Phoenix, Whitney siguió rindiendo en el tercer partido. Jordan, capaz de motivar a cualquiera con su sola presencia, olvidó por un rato a sus compañeros de los Bulls.

Washington, con una gran tarea de Jordan y un sorprendente acompañamiento del resto, le ganó 90-75 a Philadelphia en su debut como local. Jordan aportó 20 puntos en 38 minutos, una buena cantidad, pero no sólo se destacó en ese aspecto. Además regaló nueve asistencias, bajó seis rebotes y robó dos pelotas. Con eso disimuló su pobre efectividad: 7-21 dobles y 6-9 libres.

Anoche también brilló el joven Richard Hamilton: 29 puntos con 11-18 dobles. Entre los dos se pusieron el equipo al hombro para meter un parcial de 29-13 en el tercer cuarto, lograr la segunda victoria y hacer delirar a las 20.674 personas que llenaron el MCI Center de la capital yanqui.

Los Sixers frustraron a MJ en el comienzo del partido. Pese a la ausencia de Allen Iverson, operado por una fractura en el codo derecho, los finalistas de la última temporada encontraron la forma de vulnerar la defensa local. De entrada ni siquiera extrañaron a los también lesionados Eric Snow y Aaron McKie, fundamentales en el perímetro, porque Raja Bell se encargó de forzar malos tiros del mejor jugador de la historia.

En el primer tiempo, que los Wizards perdieron 43-35, el número 23 convirtió apenas ocho puntos y terminó con un pobre 4-13 en tiros de cancha. Enojado, porque seguramente esperaba tener más puntería para el aro, Jordan se las agarró con varios de sus compañeros. "íTiren!", les ordenó a Richard Hamilton y Chris Whitney durante el segundo cuarto. Luego le hicieron caso.

Un parcial de 13-0 en el comienzo del tercer cuarto modificó el partido. El liderazgo de Jordan y la aparición de Hamilton congelaron a los Sixers, que empezaron a perder hasta en los tableros. El local pasó al frente 53-52 con un triple de Whitney a los ocho minutos. Air, tras un breve descanso, volvió en el último para sacar una máxima de 79-59 a seis minutos del cierre. Con dos en el reloj y la victoria asegurada, el técnico Collins lo sacó para que recibiera la ovación. Hielo en la rodilla derecha y a pensar en el próximo. Esta noche le toca con Detroit.

Sin Asientos Vacíos

El estadio de Atlanta, como el Madison, estuvo lleno por Jordan.

Las entradas para ver a Jordan en el Phillips Arena se agotaron en tres minutos. La demanda de la gente de Atlanta fue tan feroz que la compra vía teléfonica no permitió que se abrieran las boleterías. Algo parecido sucedió en Washington, donde el equipo de MJ debutará mañana frente a Philadelphia y también anunciaron el sold out. En el MCI Center, con capacidad para 20.674 personas, no quedan más abonos de plateas de 100 dólares por el resto de la temporada. Ya se vendieron todas las entradas para los partidos con New York, Chicago, Minnesota, Toronto y Lakers.

El rey terminó feliz . . .

ATLANTA 88 - - - - - Washington 98

Primera victoria para Jordan con la camiseta de Washington Wizards. Finalizó el partido con 31 puntos, la misma cifra de su promedio histórico. íY jugó 40 minutos!

ATLANTA. Cuarenta y ocho horas después de su primera aparición oficial, Michael Jordan mostró anoche ante Atlanta Hawks un nivel bastante superior en la comparación con lo producido frente a New York Knicks, en el Madison.
Como cualquier otro, la estrella de Washington empezará a encontrar su mejor tono competitivo con el correr de la temporada. Y mucho más con él se debe ser complaciente a la hora de la evaluación teniendo en cuenta la inactividad de 40 meses, los 38 años sobre sus hombros y los cientos de combates librados ante los mejores de las dos décadas últimas en la NBA.

Vuelta a Atlanta. El último partido de Jordan en Atlanta había sido en marzo de 1998, cuando metió 34 puntos para la victoria de Chicago y se estableció un récord de público para la liga (62.046 personas fueron al Georgia Dome esa noche). Antes tuvo otras dos actuaciones para recordar contra los Hawks: 61 en 1987 y 32 en el cuarto partido tras su regreso en 1995.
El estadio ahora es el Phillips Arena y los aficionados que no dejaron una butaca libre (casi 19.500 personas) tuvieron su recompensa: Jordan arrancó el juego con renovada juventud y en 6m30s sumó 11 puntos, con 5-7 dobles, 0-1 triples y 1-1 libres. Además volvió a volcar con furia la pelota tras una asistencia de Popeye Jones.

ajó su rendimiento en el segundo cuarto, se lo notó cansado y perdió precisión en el tiro (4-11 de cancha) pero terminó el primer tiempo como el máximo anotador de su equipo, con 19 tantos, en 20 minutos, la misma cifra alcanzada ante los Knicks.

En el tercer cuarto mostró todavía menos actividad. Definitivamente tomó la conducción de los Wizards y apenas intentó tres lanzamientos y acertó dos.

Evidentemente Jordan se guardó el resto que le quedaba para el final del encuentro, que arrancó con un doble espectacular: canasto pasado, con mano cambiada (la izquierda), evitando el tapón del joven Chris Crawford.

Washington tocó su techo de funcionamiento ante un rival accesible y consiguió la primera victoria de la temporada. Jordan (13-30 de cancha, con tres triples fallados) dejó escapar su sonrisa cuando Chris Whitney acertó un triple que aseguró la victoria.

NO QUEDO CONFORME CON SU RETORNO A LA NBA

Jordan: "Estoy un poquito más viejo"

Después de tres años volvió a la actividad profesional y como un grande que es admitió que cometió errores, fundamentalmente en sus tiros al aro.

Michael Jordan no pudo desplegar las alas que lo llevaron a la fama, y al menos en el primer partido oficial de su regreso tras una pausa de tres años, demostró que los años no pasan porque sí. Aunque anotó 19 puntos y tuvo seis asistencias, según los especialistas dejó una opaca impresión en su primera presentación al errar un decisivo tiro de tres puntos faltando 20 segundos para el final, lo que permitió a los Knicks derrotar a los Wizards por 93-91, en un partido de la jornada inaugural del campeonato de la NBA.

"Creo que la diferencia es que yo estoy un poquito más viejo, el juego es ahora un poco diferente, mis compañeros son otros y la bievenida fue un poco diferente", dijo Jordan al finalizar el choque en un repleto Madison Squaare Gardenn.

Después de estar alejado de la actividad profesional durante 40 meses, Jordan (38 años) estuvo impreciso en la cancha, se quedó corto en muchos tiros y sin que nada pudiera hacer para desmarcarse de dos jóvenes sumamente atléticos, como Latrell Sprewell y Allan Houston.

La nueva marcación por zona hizo efecto en Jordan, quien perdió varias pelotas jugando como base organizador, lo que dio pie a varios contragolpes neoyorquinos.

"Siento que conservo una buena visión del juego, pero debo trabajar mis tiros. Esta noche se quedaron muy cortos y estuvieron desinflados", puntualizó. Pese a todo, a Jordan no se le puede echar la culpa de la derrota de los Wizards. Sus inexpertos compañeros no supieron sacar partido a la doble marca a que estaba sometido su astro, y fallaron varios tiros totalmente accesibles.

"Este es un equipo muy joven. Afortunadamente estoy seguro de que iremos mejorando", se alentó Jordan. "Nosotros le aplicamos una doble marca a Michael la mayor parte de las veces, pero sus compañeros no convirtieron los tiros que debían", reveló Sprewell, el mejor anotador del partido con 28 puntos.

Volvió Oficialmente AIR

Jordan cargó con toda la responsabilidad y llegó cansado al final. Sumó 19 puntos pero apenas acertó el 33% de sus tiros y Washington perdió ante New York.

El remasterizado Michael Jordan no sonó anoche como la versión original, como era de esperar. Al hombre todavía le falta rodaje, los años pasan también para los dioses y los jóvenes que lo acompañan son bien distintos a las estrellas del Chicago tricampeón.
Repleto para la ocasión, el Madison Square Garden le puso alfombra roja al segundo regreso del mejor atleta de siempre. La TV multiplicó el show del rey de reyes para otros 210 países fuera de Estados Unidos y quién sabe cuántos millones de aficionados.
Hasta a los que no les importa el básquet se prendieron, esos observadores ocasionales de distintos fenómenos sociales. Volvieron los que se habían retirado con Michael vestido de toro.

Jordan arrancó y terminó al ritmo de balada. Y el final, por el desarrollo del juego, fue el esperado: se quedó sin nafta y falló lanzamientos marca registrada.
A sus compañeros, en el debut oficial, les faltó sintonizar la misma onda, dejar de lado la admiración y el respeto por el ídolo y ayudarlo en la primera etapa del recorrido de una ruta que tiene seis meses de extensión y 82 partidos durísimos en la serie clasificatoria.
Claro quedó también que Jordan necesitará de un buen tiempo para acoplarse con los suyos, además de entender las limitaciones técnicas de la comparsa. ¿Quién se disfrazará de Scottie Pippen para convertirse en su escudero? Washington no tiene uno parecido, es verdad, pero igualmente alguno deberá cuidarle la espalda en defensa y ponerle la pelota en el lugar que Jordan quiera, en el momento justo y cuando se lo ordene.
Manejar el balón como ayer, que pase tantas veces por sus manos (50 en 22 minutos, antes de la última entrada) y tomar la responsabilidad de la conducción será perjudicial desde lo físico: quemará energías que ahora, a los casi 39, necesitará conservar para la definición.

sucedió nomás ante New York Knicks, en el cierre, cuando estaban palo a palo en el marcador. De un lado, Latrell Sprewell fresco para acertar los tiros cómodos ante defensas blandas. Y del otro, un Jordan agotado que falló en dos momentos clave: a los 47 minutos, con su equipo un punto abajo (89-88), de frente, casi libre; y cuando quedaban 17 segundos y era necesario un triple para llevar el choque a suplementario. Ese lanzamiento, a 45 grados, que en tiempos de los Bulls terminaba la película con final feliz, anoche rebotó en el aro y salió largo.