Jordan se convirtió en una máquina de dinero, no sólo por lo que cobraba para jugar, sino por la excelente imagen publicitaria que tiene y que aún después de retirarse por segunda vez en 1998, los anuncios le brindaron oportunidades de engrosar sus arcas.

Tras su retirada en 1998, que dijo era por el bien de todos, no sólo los Bulls de Chicago lo extrañaron, también lo hizo la NBA y las cadenas de televisión, que comenzaron a perder audiencia.

Ahora tras su segundo regreso, a los 38 años, al deporte que lo hizo famoso, la opinión pública y los medios creen que puede rejuvenecer el baloncesto y elevar las audiencias.

Incluso para muchos de los que le alentaron a volver, entre ellos algunos políticos de alto rango, su regreso pudiera ser un alivio a la tristeza estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre.

Su regreso con los Washington Wizards, el equipo del cual es co-dueño y su presidente de operaciones, será el más celebrado en la historia del deporte en Estados Unidos.

Sin embargo, hay quienes piensan que esta leyenda --colocada en lo más alto junto a los íconos como el boxeador estadounidense Muhammad Ali y el futbolista brasileño Pelé -- no puede ya competir con los jóvenes astros de la NBA.

UNA ESTRELLA MERCANTIL:

Durante su prodigiosa carrera, la imagen de Jordan como héroe popular le permitió vender más camisetas y zapatos deportivos con su nombre que cualquier otro deportista en la historia.

Su dulce sonrisa y su distinción ilustraron libros, abrigos, pantallas de cine y restaurantes, algunos de ellos de su propiedad.

Mientras acumulaba su fortuna, Jordan respondió a algunos críticos creando una fundación que ayuda a financiar instalaciones deportivas en la ciudad de Chicago y a niños de escasos recursos.

Las encuestas demuestran que es la personalidad con la que mayor número de niños estadounidenses desean hablar.

Sin embargo, los adultos estadounidenses sólo lo colocaron quinto en la lista detrás de la Madre Teresa de Calcuta, Abraham Lincoln, Martin Luther King y Ronald Reagan.

Sus críticos dicen que ha dado mal ejemplo por fumar puros y apostar jugando al golf o derrochando dinero en casinos.

También dicen que ha ignorado acusaciones de que la compañía Nike, que le promociona y en la cual posee una división, emplea trabajo infantil en la producción de zapatos, de los cuales vendió millones con el nombre de Jordan.

Sin embargo, Jordan no acostumbra a dar mucho vuelo a los críticos e incluso trata siempre de mantener la mayor privacidad posible sobre su vida privada y la de su familia, su esposa Juanita, y sus tres hijos.

Su alta competitividad la demostró durante 13 temporadas, en la que logró cinco títulos de Jugador Más Valioso al llevar a los Bulls a seis títulos durante la década de los 90.

El dominio de los Bulls se interrumpió por dos años al retirarse Jordan por vez primera, en 1993 para dedicarse al béisbol, donde jugó en las ligas menores sin mucho éxito.

Regresó a los Bulls en la última parte de la temporada 1994-95 e hizo que lograran de nuevo tres campeonatos.

POR AMOR AL BALONCESTO

Jordan, quien deberá entregar sus acciones en los Wizards, cobrará un millón de dólares por temporada para que el equipo mantenga sus límites salariales.

'Regreso por amor al baloncesto', afirmó Jordan y está claro que de los 36 millones que cobraba cuando se retiró, éste nuevo salario es casi que algo simbólico, aunque se espera que gane cifras millonarias en publicidad.

Algunos de los críticos de su regreso afirman que una nueva incursión en la NBA opacará sus brillantes actuaciones, como cuando logró 45 puntos en la final de la NBA de 1998 ante los Jazz de Utah.

Jordan, quien fue líder anotador de la NBA en 10 temporadas, opacó a luminarias de la NBA como Earvin 'Magic' Johnson y Larry Bird, no sólo en la cancha sino también en la comercialización del llamado mejor baloncesto del mundo.

En las canchas, con 1,98 metros y un poder de salto 'extraterrestre', Jordan fue un jugador de ensueño para los entrenadores, pues fue capaz de mantener un promedio de 30 puntos por partido durante sus temporadas en la NBA.

Fuera de las canchas, capturó el interés de millones de aficionados con sus campañas 'Ser como Mike'. Jordan tiene su propia línea de ropa de vestir y posee una colonia con su nombre.

Jordan nació en Brooklyn, Nueva York, pero creció en Carolina del Norte y fue famoso en sus años de escolar, pues no pudo integrar el equipo de su escuela secundaria por falta de calidad, algo que lo obligó a mejorar sus habilidades.

En 1984, fue el líder anotador en el equipo olímpico de Estados Unidos que compitió en Los Angeles'84 y también jugó en el 'Equipo de Ensueño' que participó en los Juegos de 1992 en Barcelona.

Jordan impactó al mundo del baloncesto cuando en 1993 anunció su retiro, tras ganar tres campeonatos con los Bulls, para dedicarse al béisbol, algo que dijo era un sueño de niño.

Tras una infructuosa campaña en las ligas menores decidió regresar al baloncesto, donde volvió a brillar hasta 1998.

Una nueva era Jordan está por comenzar.